Este domingo a las 21:00 horas, San Mamés acogerá un duelo de alto voltaje entre dos equipos con objetivos diferentes pero un mismo estilo valiente: Athletic Club y Rayo Vallecano se enfrentan en la jornada 31 de LaLiga EA Sports con más que tres puntos en juego.

Para los de Ernesto Valverde, el choque llega en un momento clave de la temporada. Tras el empate sin goles en Glasgow ante el Rangers en la ida de cuartos de final de la Europa League, los leones necesitan sumar en liga para consolidar su posición europea. El técnico rojiblanco ha advertido que, de lograr la victoria ante el conjunto franjirrojo, su equipo estaría muy cerca de cumplir el gran objetivo de la campaña: volver a competir en Europa la próxima temporada. Eso sí, Valverde no esconde la dificultad del reto: “El Rayo siempre nos plantea partidos incómodos, es un equipo que te exige en todos los registros del juego”.

El técnico extremeño, además, destaca la personalidad que el Rayo ha adquirido desde la llegada de Iñigo Pérez al banquillo. Un viejo conocido de la casa rojiblanca, que regresa a San Mamés ahora como entrenador. “Tiene una idea clara, un plan y eso se nota en su equipo. Le espera un gran futuro”, ha elogiado Valverde, que, sin embargo, no podrá contar con Yuri Berchiche, único lesionado de la convocatoria. La carga de minutos acumulada por algunos jugadores podría provocar rotaciones, pensando también en la decisiva cita europea del próximo jueves.

Por su parte, el Rayo Vallecano llega tras recibir un duro correctivo en Vallecas ante el Espanyol (0-4), pero con la intención de recuperar sensaciones y seguir soñando con Europa. Íñigo Pérez, que afronta un regreso especial a Bilbao, ha reconocido la complejidad del duelo: “San Mamés es uno de los escenarios más difíciles de la categoría. El Athletic es un equipo muy competitivo y con jugadores desequilibrantes como Nico Williams, al que tendremos que vigilar muy de cerca”.

El técnico navarro, que se ha ganado el respeto del vestuario rayista por su templanza y claridad táctica, no ha querido distraerse con los rumores que lo sitúan como futuro técnico del Athletic: “Ese banquillo está reservado para grandes entrenadores. No pienso en eso. Mañana quiero competir y ponerle las cosas difíciles a un club al que le tengo mucho cariño”.

Con ambos equipos apostando por un juego atrevido, presión alta y protagonismo con balón, el choque promete ritmo, tensión y alternativas. Dos entrenadores que se conocen bien, dos estilos que en el fondo se parecen y dos conjuntos que quieren más. El escenario no puede ser mejor: San Mamés, una noche de domingo y mucho en juego.