El Real Madrid vence con dos golazos de Valverde y Vini Jr a un Villarreal que no pudo desarrollar su mejor versión.

La jornada del sábado en LaLiga había ofrecido partidos de lo más interesante, pero, sin duda, el plato fuerte llegaba a las 21 horas en el Estadio Santiago Bernabéu. Real Madrid y Villarreal se enfrentaban en un duelo con dinámicas o sensaciones contrapuestas, pero con un mismo objetivo: la segunda plaza. 

Los blancos, que ya ostentaban esta posición antes del comienzo del choque, buscarían volver a sumar de tres tras el empate en el derbi y la derrota en Lille para afianzar ese segundo puesto y meter presión al Barça en la cima de la clasificación. En el lado opuesto, el Villarreal, en un comienzo inmejorable de temporada, intentaría dar la sorpresa en el coliseo blanco derrotando al vigente campeón para seguir escalando en la tabla. 

Valverde sirve su venganza en plato frío

La importancia de este choque de la novena jornada de liga puede medirse a través de la alineación titular del Real Madrid. Ancelotti formó con su once de gala, teniendo en cuenta las bajas y los futbolistas tocados, para mandarle un mensaje tanto a sus futbolistas como a la afición de que la de hoy era una noche para reír todos juntos y dar un golpe sobre la mesa haciéndole saber al mundo entero que a este equipo jamás hay que darle por muerto. 

Los primeros compases del choque expusieron a dos equipos muy parejos en cuanto a ritmo e intensidad. Ambos se respetaron en exceso durante esos primeros minutos a sabiendas de que cualquier error no forzado podría acabar resultando determinante en un enfrentamiento tan igualado. No obstante, alrededor del primer cuarto de hora de juego, Fede Valverde quiso cobrarse una cuenta pendiente. Hace dos temporadas, el uruguayo se situó en el foco mediático tras un encontronazo con Álex Baena causado por unos comentarios ciertamente desafortunados del internacional español sobre el hijo del ‘8’ blanco. 

Pues bien, en la noche de hoy, prácticamente en la primera ocasión del partido, Valverde realizó uno de sus imparables golpeos desde fuera del área y el destino quiso que ese esférico tocase precisamente en Baena antes de penetrar la meta de Diego Conde. La rabia en la celebración del ‘halcón’ blanco dejó patente la trascendencia de este tanto a nivel personal. 

Viéndose por encima en el luminoso, el Real Madrid logró crecer en el partido y monopolizar la posesión manejando a la perfección los tiempos del encuentro. Cabe destacar que, en esta primera parte, los de Ancelotti parecieron encontrar la solución a todos sus problemas y carencias de fútbol en su sala de máquinas. Esta solución tiene nombre y apellidos: Eduardo Camavinga. El francés se hizo dueño y señor del centro del campo, se convirtió en el termómetro de los madridistas y, en el regreso de Kroos a la que siempre será su casa, el nuevo ‘6’ blanco hizo recordar por momentos al alemán en la precisión, el control y la elegancia de su juego.

Vini Jr y Carvajal, la cara y la cruz de la segunda parte

El segundo asalto del gran partido de esta novena jornada arrancó con el mismo Real Madrid que llevamos viendo desde que empezó la temporada. La buena versión que, por momentos, vimos de los blancos en el primer acto pareció quedar en un simple espejismo. 

Los de Ancelotti volvieron a encontrarse perdidos sobre el verde, faltos de ideas y, sobre todo, carentes de fútbol. Mientras tanto, el Villarreal fue creciendo poco a poco en el partido, proponiendo más y conduciendo el encuentro hacia el contexto más propicio para que llegase el tanto del empate. 

Sin embargo, cuando el partido parecía destinado a concluir con el 1-0 de Valverde, apareció un futbolista, el mejor del mundo, capaz de poner el Bernabéu patas arriba cada vez que entra en contacto con el esférico. Vini Jr recibió entre líneas, se orientó hacia portería y soltó un latigazo inapelable para quitar las telarañas de la meta visitante. Un auténtico golazo, el mejor sin dudas de la jornada, para dar un golpe sobre la mesa, desatar la locura en la parroquia merengue y recordarle al mundo del fútbol quién va a ser Balón de Oro en menos de un mes.

Finalmente, el brasileño hizo encender las alarmas entre el madridismo al dolerse de su hombre y tenerse que marchar sustituido antes de que acabara el encuentro. El Bernabéu despidió a su estrella cantándole esa canción que será muy recurrente en las próximas semanas: «¡Vinicius, Balón de Oro!» Cuando todo parecía visto para sentencia, Carvajal cayó lesionado y tantos los gritos y las lágrimas del capitán blanco como el gesto de preocupación de sus compañeros hicieron pensar lo peor a un Bernabéu que quedó enmudecido escuchando los sollozos de su canterano. De esta manera se llegó a la conclusión del tiempo reglamentario y el colegiado oficializó la victoria merengue haciendo sonar su silbato hasta en tres ocasiones.