
Cuando todo apuntaba a un nuevo tropiezo, cuando el empate parecía inevitable y el Bernabéu comenzaba a resignarse a una semana trágica tras la eliminación en Champions, apareció Fede Valverde. En el minuto 93, con el alma del equipo al borde del abismo, el uruguayo cazó un balón en la frontal del área y lo convirtió en un misil que atravesó la resistencia de Unai Simón. Un gol de otra dimensión, que no solo dio tres puntos, sino que inyectó oxígeno, fe y orgullo a un Real Madrid que se resiste a rendirse en LaLiga.
El conjunto de Ancelotti llegaba con la presión al límite. Sin Mbappé, sancionado tras su expulsión ante el Alavés, y con la herida abierta por la eliminación europea, el Madrid saltó al césped con una mezcla de rabia y necesidad. Vinícius fue el primero en echarse el equipo a la espalda, buscando constantemente desequilibrar por la izquierda. El brasileño fue, de largo, el más activo, pero la falta de acierto y la solidez de Unai Simón frustraban una y otra vez las intentonas blancas.
El Athletic, con rotaciones tras su partido europeo, aguantó bien replegado y buscó sus opciones a la contra. Apenas inquietó a Courtois, pero sí supo desconectar durante muchos minutos al centro del campo blanco, que pese al talento de Modric y Ceballos, no lograba imponer su ritmo. En ataque, al Madrid le faltaba una referencia clara. Rodrygo y Vinícius lo intentaban sin descanso, pero el gol no llegaba.
Ancelotti agitó el banquillo en la segunda parte. Endrick entró para fijar centrales y dar más presencia ofensiva. Con él en el campo, Bellingham ganó metros y se convirtió en amenaza constante. El inglés dispuso de dos buenas ocasiones, pero siempre emergía la figura de Unai Simón, colosal bajo palos. Incluso Vinícius logró marcar en el minuto 80, pero el VAR anuló el tanto por fuera de juego de Endrick en la jugada previa.
Con el reloj en contra y la tensión en aumento, el Madrid no dejó de empujar. Y cuando más lo merecía, llegó el momento del héroe inesperado. Valverde, que ya había avisado con un zurdazo al palo, soltó su mejor disparo en el descuento y rompió el cerrojo vasco. Un gol de esos que se graban en la memoria por su estética, pero sobre todo por su trascendencia. Porque mantiene al Madrid a cuatro puntos del Barcelona, porque devuelve la esperanza antes de la final de Copa, y porque confirma que este equipo, pese a todo, sigue vivo.
Ficha técnica:
Real Madrid (1): Courtois; Valverde, Asencio (Lucas Vázquez 82’), Rüdiger, Camavinga; Tchouaméni, Ceballos (Endrick 57’), Modric (Arda Güler 77’), Bellingham; Vinícius y Rodrygo (Brahim Díaz 77’).
Athletic Club (0): Unai Simón; Gorosabel, Paredes, Núñez, Adama; Prados, Vesga; Djaló (Iñaki Williams 62’), Unai Gómez (Lekue 71’), Berenguer (Sancet 62’); Guruzeta (Maroan Sannadi 63’).
Gol: 1-0, Valverde (93’).
Árbitro: Martínez Munuera.
Estadio: Santiago Bernabéu.