Los enfrentamientos entre el Barcelona y el Atlético de Madrid han vuelto a ser como los de antaño: un auténtico espectáculo. Este martes, en un Montjuïc con una de sus entradas más bajas de la temporada, se vivió una semifinal de Copa del Rey impresionante, con un resultado que quedará en la memoria: 4-4. Pero más increíble aún fue la forma en la que se llegó a ese marcador. De un 0-2 inicial se pasó a un 4-2, solo para que el Atlético lograra igualarlo en los instantes finales. La vuelta en el Metropolitano promete ser un duelo monumental, donde los rojiblancos sí podrán sentirse en casa.

Apuestas tácticas de Flick y Simeone

Ambos entrenadores introdujeron algunos cambios en sus alineaciones habituales. En el Barcelona, Flick apostó por una defensa de gala, manteniendo a Szczesny en la portería y recuperando a Íñigo Martínez. En el centro del campo, Pedri fue inamovible, acompañado por De Jong y Dani Olmo en lugar de Casadó, Gavi o Fermín, reflejando una clara intención de dominar el balón. En ataque, Ferran Torres fue titular en premio a su esfuerzo, mientras que Lewandowski comenzó en el banquillo. Lamine Yamal, con el pie vendado, y Raphinha ocuparon las bandas. Algunas apuestas funcionaron, como las de Íñigo, Cubarsí y Pedri, mientras que Ferran y Olmo no estuvieron tan acertados.

Simeone, por su parte, mantuvo su once habitual con una única gran novedad: la inclusión de Gallagher en lugar de Lino, buscando solidez en lugar de posesión.

Un inicio frenético del Atlético

El Atlético dejó clara su intención desde el primer segundo. A los 23 segundos, Julián avisó con un cabezazo que Szczesny desvió a córner, y a los 52 segundos, el propio Julián adelantó a los rojiblancos tras un centro de Griezmann. Apenas cinco minutos después, el francés aprovechó un error de Koundé y puso el 0-2. El Barça estaba completamente desbordado y apenas tocaba la pelota.

Reacción del Barcelona: una remontada fulminante

Tardó diez minutos, pero el equipo azulgrana despertó y empezó a dominar. El Atlético, creyendo que su ventaja era suficiente, se replegó demasiado, pero su muro defensivo no resistió. Ferran Torres falló una gran ocasión, pero luego Pedri y Cubarsí igualaron el marcador en apenas once minutos. Con el Atlético encerrado, el asedio culé continuó hasta que Íñigo Martínez puso el 3-2 antes del descanso.

El Atlético llegó con vida al entretiempo de milagro, pues Ferran falló un gol cantado y Musso evitó otro de Lamine Yamal, quien volvía loco a Javi Galán. Lo que comenzó como un dominio colchonero terminó con el Barcelona jugando casi todo el tiempo en campo rival.

Segunda parte: emoción hasta el último suspiro

El Barcelona siguió dominando tras el descanso, con un Pedri descomunal y un Lamine Yamal brillante. Lewandowski, que había entrado desde el banquillo, marcó el 4-2 y parecía sentenciar el partido y la eliminatoria.

Pero el Atlético nunca se rinde. Simeone, viendo que el resultado era demasiado peligroso para la vuelta, introdujo a Correa y Sorloth, y el equipo colchonero volvió a resurgir. En los minutos finales, Correa asistió a Llorente para el 4-3 y, cuando parecía que el partido estaba decidido, Sorloth apareció para marcar el 4-4 definitivo.

El Atlético volvió a demostrar su capacidad para marcar en los últimos minutos, castigando a un Barcelona que jugó para ganar pero se dejó ir en momentos clave. Como dijo Simeone, el partido fue un duelo entre dos aviones que ya hacen que la vuelta en el Metropolitano sea una cita imperdible.