
El Barcelona logró una victoria de enorme mérito en Lisboa, imponiéndose 0-1 al Benfica en un partido de alta tensión. A pesar de jugar en inferioridad numérica desde el minuto 22 por la expulsión de Cubarsí, el equipo azulgrana supo resistir el asedio portugués gracias a las actuaciones destacadas de Szczesny, Koundé, Raphinha y un Pedri descomunal.
Tal como ocurrió en el duelo de hace mes y medio, la lluvia fue testigo de un partido frenético. Esta vez, sin embargo, el Barça tuvo que sobreponerse a una situación adversa, mostrando una versión de equipo sólido y resistente. El gol de Raphinha, una vez más decisivo, sirvió para sellar el triunfo y encaminar el pase a los cuartos de final de la Champions League.
Un arranque de locura y un giro inesperado
Hansi Flick apostó por un once que parece ser el que más confianza le genera. Sin embargo, lo que no tenía en sus planes era un inicio de partido tan vertiginoso. Apenas a los 20 segundos, Szczesny ya tuvo que intervenir para evitar un gol de Aktürkoglu, y un minuto después fue Barreiro quien estuvo cerca de abrir el marcador. El Benfica comenzó con un vendaval ofensivo que el Barça intentó calmar.
Con Pedri y De Jong en el centro del campo, los culés lograron tomar el control del balón y crear peligro. Tuvieron oportunidades claras, primero con un disparo lejano de Dani Olmo y luego con una triple ocasión que el portero Trubin logró neutralizar ante Lewandowski y Lamine Yamal.
Pero cuando parecía que el Barça tenía el partido bajo control, llegó el momento clave: Pavlidis, siempre incisivo, se lanzó al ataque y fue derribado por Cubarsí en la frontal del área. Roja directa y el partido tomaba un nuevo rumbo con 70 minutos aún por jugarse.
Resistencia y un golpe letal
El Barça tuvo que reorganizarse de inmediato. Flick sacrificó a Dani Olmo para dar equilibrio al equipo, mientras que el Benfica vio su gran oportunidad de volcarse al ataque. Sin embargo, los portugueses no supieron aprovechar el contexto en un primer momento, entre errores propios y la interrupción del partido por bengalas lanzadas desde la grada.
El descanso llegó con el Barcelona resistiendo y Szczesny siendo un muro. En la segunda parte, el Benfica volvió a la carga y el portero polaco tuvo que intervenir en varias ocasiones para evitar el empate. Lamine Yamal, sin la energía habitual debido al Ramadán, fue sustituido.
Cuando el panorama pintaba más complicado, apareció Raphinha. El brasileño, que ya había sido el verdugo del Benfica en la ida, aprovechó un descuido defensivo para marcar el único gol del partido. Con la ventaja en el marcador, el Barça desplegó su manual de supervivencia: Szczesny infranqueable, Koundé y Araújo sólidos, Pedri omnipresente y Raphinha siendo el arma ofensiva.
El Barcelona supo sufrir, resistió con uno menos y terminó celebrando un triunfo heroico en Lisboa. Cuando las cosas se complican, hay jugadores que valen por dos.