
El Real Madrid vence y convence, con susto incluido, a un Alavés que no se rindió hasta el final
El Bernabéu volvió a rugir en este martes 24 de septiembre. Y no, en esta ocasión no sonaría ese himno de la Champions que tanto gusta por Chamartín, esta vez la razón por que el renovado templo blanco se había puesto de gala era una jornada intersemanal de LaLiga en la que el Real Madrid recibía al Deportivo Alavés.
Ambos equipos llegaban al choque en un gran momento de forma. Comenzando por los locales, el conjunto madridista venía de endosar un contundente 4-1 al Espanyol el pasado sábado en este mismo escenario; mientras que, el equipo vasco ostentaba la octava posición con un balance de diez puntos en su casillero.
Carlo Ancelotti aseguró en la rueda de prensa previa al choque que introduciría varios cambios en su alineación. Sin embargo, estas palabras del técnico italiano solo sirvieron para despistar, puesto que, a excepción de Carvajal, Carletto puso sobre el verde del Santiago Bernabéu a su once de gala para medirse al Alavés. Así pues, el italiano salió con Courtois bajo palos; línea de cuatro para Lucas Vázquez en el lateral diestro, Rüdiger y Militao en el eje de la zaga, y Ferland Mendy en el carril zurdo; Tchouaméni y Valverde formaron el doble pivote en la sala de máquinas para ofrecer total libertad a un Bellingham que comenzó en la mediapunta; y, finalmente, el tridente ofensivo estuvo compuesto por Vini Jr, Mbappé y Rodrygo.
En el lado opuesto, Luis García Plaza quiso prolongar el gran arranque de liga de los suyos y para ello salió con todo intentando lograr lo que nadie ha sido capaz de conseguir desde hace exactamente un año: vencer al vigente campeón de la competición. Este fue el once del ‘Glorioso’: Sivera en meta; Manuel Peña, Diarra, Abqar y Mouriño formaron la línea defensiva; un exmadridista como Antonio Blanco y Carlos Benavidez tomaron los mandos de la sala de máquinas del Alavés, mientras que Conechny y Novoa se abrieron a los costados; por último, Villalibre y Luka Romero formaron la dupla de ataque.
Lucas Vázquez y Mbappé deciden la primera parte.
Desde que se conoció la noticia de que el Bernabéu se ha visto obligado a cancelar todos sus conciertos, los hombres de Ancelotti parecen dispuestos a hacer sonar ese Rock & Roll que tanto le gusta a la afición merengue siempre que puedan. Buena prueba de ello es ver cómo el pitido inicial del colegiado dio comienzo a la estampida madridista que, en apenas 59 segundos, ya había logrado estrenar el luminoso.
Vini Jr recibió un desplazamiento en largo de Fede Valverde y quiso hacerle saber al mundo entero por qué en apenas un mes levantará su primer Balón de Oro. El brasileño realizó un control magistral, desbordó como solo él sabe hacer y ganó línea de fondo para acabar asistiendo a su amigo Lucas Vázquez que no pudo elegir mejor día para estrenarse en liga esta temporada. El canterano blanco no solo cumplía 350 partidos en la competición nacional con el Real Madrid, sino que además lo hacía con el brazalete de capitán. Pues bien, qué mejor manera de celebrar una noche tan especial que con un golazo en menos un minuto de encuentro.
El gol de Lucas ni mucho menos detuvo a la apisonadora blanca. Pocos minutos después Mbappé enviaría el esférico al fondo de las mallas para materializar una jugada de ensueño que tuvo como protagonista a la famosa ‘BMV’. La gran estética del tanto no sirvió para validar un gol que, finalmente, quedó anulada por posición antirreglamentaria del ‘9’ madridista. Desde entonces, Alejandro Muñiz Ruiz quiso su cuota de protagonismo en el encuentro, amonestando a Fede Valverde, por una respuesta airada del uruguayo, y Vini Jr, por quejarse tras una entrada muy dura que sufrió el brasileño y obvió el colegiado; lo que provocó la ira del coliseo blanco sobre el gallego.
No obstante, ni siquiera las controvertidas decisiones arbitrales aguarían la fiesta a los locales. Kylian Mbappé hizo las delicias de los allí presentes realizando una acción marca de la casa para dar un golpe sobre la mesa, enamorar más si cabe a una afición que tiene a sus pies y reivindicarse ante las críticas que estaba recibiendo en este arranque de temporada. El ariete galo recibió entre líneas, habilitó a Bellingham con una «rabona» espectacular y el inglés puso la pausa idónea para acabar asistiendo a ‘Kyky’ devolviéndole la pared. Potencia, calidad y magia en una acción que Mbappé acabó concluyendo con un recorte y una definición solo a la altura de los mejores futbolistas del mundo.
Susto final para el Real Madrid
Este marcador de 2-0 en los primeros 45 minutos parecieron saber a poco a los de Ancelotti, puesto que el Real Madrid saltó con ganas de ampliar la ventaja cuanto antes en el segundo acto. Tanto es así que, si en la primera parte el conjunto madridista tardó menos de un minuto en perforar la meta de Sivera, logró hacer lo propio en menos de cinco minutos transcurridos en la segunda. Esta vez fue Rodrygo el encargado de sumarse a la fiesta merengue. El brasileño encaró a su par, llevó a cabo un cambio de ritmo para dejarle por el camino y soltó un latigazo con su pierna hábil para batir al guardameta del Alavés y subir el tercero al marcador.
A partir de la sentencia del ‘11’ blanco, el ritmo y la intensidad del choque disminuyó conforme el Real Madrid comenzaba a dosificarse y tomar consciencia de que en apenas unos días tendrá que disputar ni más ni menos que un derbi en el Cívitas Metropolitano. Ancelotti actuó en consecuencia ofreciendo descanso a dos futbolistas importantes como Valverde y Rodrygo y dando minutos a Modric y Endrick. Este último, por complejo que resulte de comprender, gozó de más minutos en la noche de hoy que en el resto de lo que llevamos de liga. Además, como ya viene siendo costumbre cada vez que este chico pisa el verde del Santiago Bernabéu, el ‘16’ blanco dejó boquiabierta a la afición madridista estrellando el primer balón que tocó en la mismísima cruceta.
El encuentro fue agonizando con el paso de los minutos y ambos equipos parecieron firmar ese 3-0. El Real Madrid lograba seguir sumando de tres y, además, recuperar grandes sensaciones antes de medirse al Atlético de Madrid; y el Deportivo Alavés, a sabiendas de que ya no podría darle la vuelta al partido, prefirió no asumir demasiados riesgos para no acabar con un marcador demasiado abultado. Sin embargo, en la recta final del partido Benavidez, con el brazalete del ‘Glorioso’, y Kike García, que acababa de saltar al campo, dieron un pequeño susto a los locales recortando distancias y cerrando el choque con un 3-2 .