El Betis aterriza en Bialystok con la mirada puesta en unas históricas semifinales de Conference League. La ventaja de 2-0 lograda en el Benito Villamarín le da cierto margen, pero en el fútbol las certezas nunca son absolutas. El Jagiellonia, un equipo sin complejos, se agarra al aliento de su gente y al sueño de una noche mágica para intentar una remontada improbable. El ambiente será hostil, la ilusión local desbordante, y ahí quiere encontrar su oportunidad el conjunto polaco.

Manuel Pellegrini, veterano de las grandes noches europeas, no se fía. Sabe que el fútbol castiga la confianza excesiva, y por eso quiere a su equipo metido desde el primer minuto. El técnico chileno ha cambiado la historia del Betis en estos últimos años y ahora puede agrandarla. Nunca antes los verdiblancos alcanzaron unas semifinales europeas. Y esta es una ocasión inmejorable.

En la ida, el Betis fue claro dominador. Sólido, fluido, sin sobresaltos. Pero el contexto cambia. En Polonia se espera otro partido, otro ritmo, otra energía. Pellegrini valora reservar a Isco, alma del equipo y apercibido de sanción. No quiere arriesgarse a perderlo en una hipotética semifinal. Si el malagueño descansa, Lo Celso asumirá galones en la creación, con Antony como pieza fija en la banda y Bakambu en punta, con su instinto afilado para este tipo de noches europeas.

La derrota reciente ante el Villarreal dejó heridas, especialmente la baja de Diego Llorente, clave en la defensa. Bartra y Natan formarán la pareja de centrales, con cambios también en los laterales y en el doble pivote, donde Altimira acompañará a Johnny. En la portería estará Vieites, que sigue ganándose la confianza del técnico.

Del otro lado, el Jagiellonia apuesta por el vértigo. Ya dio una campanada semanas atrás ante el Círculo de Brujas, y ahora quiere repetir hazaña. Imaz, manejando las transiciones, y Pululu, buscando espacios, serán sus principales amenazas. El equipo polaco no estaba en las quinielas, pero ha sabido aprovechar su momento. La Conference le dio protagonismo inesperado, aunque el Betis quiere escribir el final del cuento esta misma noche.