El Real Madrid recibirá el próximo sábado 5 de octubre a un Villarreal que atraviesa una dinámica muy positiva y tratará de agravar la crisis madridista.

Este inicio de temporada para los muchachos de Ancelotti no está siendo ni mucho menos sencillo. El conjunto merengue, a pesar de haber reforzado notablemente su plantilla, no termina de encontrar su fútbol y eso hace que muchos partidos se les acaben atravesando. El último episodio de esta crisis que, al no ser que cambien mucho las cosas, parece no haber hecho más que empezar se produjo el pasado miércoles en Lille. Los blancos visitaban el feudo francés en la segunda jornada de este nuevo formato de la Champions League y, tras un partido en el que apenas pudo destacarse algo positivo en clave madridista, acabaron cayendo derrotados y rompiendo su racha de imbatibilidad en su competición fetiche. 

Ancelotti, ciertamente autocrítico en rueda de prensa, concluyó afirmando que este tropiezo acabaría sentando bien al equipo, puesto que supondría un gran jarro de agua fría que les haría despertar. El problema es que, desde que arrancó la temporada, el Real Madrid ha pinchado hasta en cuatro ocasiones y esos varapalos tampoco han hecho reaccionar a un equipo que parece completamente perdido sobre el verde, sin tener muy claro a qué jugar e impotentes por saberse mejores a sus rivales y, sin embargo, ser incapaces de transformar esa superioridad en fútbol o resultados positivos. 

El submarino llega a velocidad de crucero

Por si este contexto no fuera suficientemente preocupante para el Real Madrid, en la noche del sábado los de Chamartín reciben a uno de los equipos más en forma de LaLiga. Junto al Celta de Vigo, que ha ido aflojando estas últimas jornadas, el Villarreal está siendo, sin lugar a dudas, el equipo revelación de la competición. 

Más allá de los resultados y la clasificación, donde el «submarino» ostenta la tercera plaza y podría asaltar la segunda en caso de vencer en el templo blanco, lo cierto es que los chicos de Marcelino están desplegando un fútbol muy atractivo, vistoso, entretenido para cualquier amante de este deporte y, sobre todo, eficaz. 

Veremos si, ante el vigente campeón de la competición, el Villarreal es capaz de volver a dar un golpe sobre la mesa y hacerle saber a todo el panorama nacional que está dispuesto a competirle y jugarle de tú a tú a los mejores equipos a nivel nacional o, por el contrario, los groguets acaban pagando los platos rotos de un Real Madrid que llega enrabietado por lo sucedido en Champions y con ganas de reivindicarse ante su gente para que el madridismo siga confiando en este proyecto tan sumamente ilusionante.