Hansi Flick aterrizó a Barcelona el pasado verano para hacerse con las riendas de un Barça que con Xavi estaba en caída libre y no levantaba cabeza en el plano anímico. El Barça de Xavi era un equipo desalmado, que deambulaba por el campo y donde el compromiso e implicación de los jugadores caían a unos niveles muy bajos. Prueba de ello, fue el año en blanco y la destitución del técnico egarense.
Pero con el técnico teutón todo ha cambiado. Vamos a intentar descifrar algunas de sus claves, que han convertido a este Barça en una máquina perfecta de hacer fútbol.

El cambio de mentalidad

Si algo ha tenido muy claro Flick ha sido el cambiar el ánimo de los jugadores. La parte emocional es una faceta muy importante en el deporte de alta competición. El técnico de Heidelberg ha hecho creer a los mismos futbolistas que tenía Xavi Hernández la temporada pasada, que son capaces de dar su mejor versión encima del terreno de juego. Y así lo han hecho. Le ha insuflado una dosis de moral a un equipo que, anímicamente, estaba muerte con la era Xavi Hernández. De momento, Flick ha conseguido que futbolistas bloqueados estén ofreciendo su mejor versión individual, circunstancia que afecta al rendimiento colectivo del equipo. Por ejemplo, Lewandowski y Raphinha, dos de los señalados durante la temporada pasada, se están saliendo.


Un compromiso encomiable

Y es que el técnico germano ha recordado a los jugadores que ser miembro de la plantilla del Barcelona es un privilegio y que, por tanto, hay que defender esa posición, pero para ganar hay que querer ganar y para querer ganar, hay que trabajar como si no hubiera un mañana. Y él es un ejemplo: el primero en llegar y el último en irse. Los futbolistas detectan en seguida el perfil del entrenador de turno y ahora sienten que no hay espacio para la distracción. Los futbolistas reproducen los hábitos y conductas de su entrenador. Y en eso, Flick es un gran ejemplo para la plantilla, desde los más jóvenes a los más veteranos.

Un modelo de juego reconocible

Flick no creció en la Masía ni es discípulo de Cruyff, pero ha llegado por un camino distinto a conformar una idea muy similar del fútbol basada en un juego atrevido y de ataque que coincide con el que le gusta al barcelonismo. Flick ha ensalzado desde el primer día el sistema de juego del Barça. Un sistema de juego que desde benjamines al primer equipo se reproducen. Y eso lo ha impregnado también a los futbolistas, los fichados y los de casa. El presidente Joan Laporta, principal artífice de la contratación del técnico alemán, ha sabido darle continuidad a una idea con la que el culé se siente orgulloso y muy identificado, y que últimamente ha peligrado.
Un plus en la preparación física
El Barça anunció el fichaje del entrenador de fuerza Julio Tous, quien ya trabajó en el Barça en 2004 a las órdenes de Frank Rijkaard y, más adelante, estuvo en el staff técnico de los equipos de Conte. Esta figura es clave en todo equipo para aumentar el rendimiento físico y, prueba de ello, es la intensidad de presión y sometimiento a los rivales que hace durante los 90 minutos de partido. Por momentos, llega a ahogar a su oponente.
El juego de posición: la clave principal

Da la sensación de que la gran mejora del equipo ha llegado gracias a las pautas aportadas por Flick en el juego de posición, muy dinámico y mucho más vertical respecto a determinados posicionamientos del pasado. La victoria ante Bayern de Múnich y Real Madrid es el claro reflejo de un juego, extremadamente, vertical y agresivo en plantarse con pocos toques en el área contraria.
El partido Villarreal-Barça pareció uno de la Bundesliga, con idas y venidas permanentes. Ha cambiado el juego de los interiores y también la generación de profundidad en el juego de ataque, con continuos desmarques de ruptura a la espalda de la defensa rival que desatascan los ataques en estático. Que Pedri y Olmo hayan destacado tanto o que Lewandowski y Raphinha hayan recuperado su mejor versión tiene mucho que ver con las instrucciones de su entrenador en el juego con balón.

La presión como principal baza del juego
La buena condición física de los jugadores ha influido en el alto grado de intensidad traducido en presión elevada que hace el equipo. Esto le permite dos cosas. Una, poder robar cerca del área rival y estar más cerca del gol y, dos, tener al otro equipo lo más alejado posible de su propia área. En este sentido, Flick ha recuperado la pasión de sus jugadores para ejecutarla, pero también el orden, con las lineas muy juntas en todo momento. Como el equipo ataca bien, tras la pérdida del balón, los jugadores apenas deben correr diez metros para recuperarlo. El plan se ejecuta de manera coordinada: los centrales y el mediocentro están atentos a las vigilancias ofensivas; los laterales aprietan muy arriba a los del conjunto rival; los interiores marcan al hombre y los extremos cierran por dentro hasta ahogar. Incluso Flick le ha dado una misión más cómoda a Lewandowski, consciente de sus limitaciones por la edad.

Apuesta por la cantera

El FC Barcelona acabó el partido contra el Bayern de Múnich con una media de 20’6 años. Una auténtica locura. Futbolista que llevan impregnados el ADN Barça y que juegan de memoria ya sea en el cadete, el juvenil o el primer equipo. Tirando más atrás en el tiempo, el equipo acabó en Villarreal con ocho futbolistas hechos en casa. Orgullo, y una constatación más de que el club, demasiado a menudo, ha tirado el dinero en fichajes inútiles. En lo que va de temporada han jugado ya 14 jugadores de la cantera -cuatro debutantes-, cinco más han ido convocados, pero no han debutado y faltan por llegar Araujo. Como son grandes conocedores de la idea de jugar un fútbol ofensivo, con todos los automatismos asumidos desde el fútbol base, la aportación que le están haciendo a Flick es de rendimiento inmediato. Además de juego aportan alma -son culés-, energía -son jóvenes- y ambición -tienen hambre-.

La joya de la corona: Lamine Yamal

El delantero catalán maravilla al planeta fñutbol con la calidad que atesora en sus botas, la capacidad de liderazgo, y el descaro en su juego. Lamine Yamal debutó con el primer equipo del Barça con 15 años -ni Messi en su día-, y pasó del cadete A a codearse con las grandes estrellas del equipo. Inverosímil. A los 17 años tiene un cuerpo todavía a medio terminar así que es muy importante gestionar bien este tramo vital. Con tantos partidos a tan alto ritmo, viajes, golpes, etc. los conocimientos de Flick y su staff son esenciales para garantizar la continuidad en su proyección.

Y un último apunte que enlaza con el principio del análisis. Flick ha logrado cambiar la mentalidad por completo de los jugadores. Con Xavi a la que se ponían por delante en el marcador se aculaban y especulaban hasta el final del partido. Esto les obligaba a jugar en bloque bajo, hundidos, y el equipo rival les acababa por marcar gol. Con el técnico teutón esto no pasa. El Barça marca un gol y va a por más. No se acula. Tiene un hambre insaciable por seguir anotando goles y dejar el rival en la lona. El Barça ha anotado 21 goles en los últimos 5 partidos. Una auténtica barbaridad que ni los Mbappé, Vinícius Junior o Bellingham han conseguido hasta ahora. El Barça sale a una media de más de 4 goles por partido una aberración. Y aún estamos a octubre. Calma y cautela, pero los pasos que se deslumbran en este nuevo Barça de Hansi Flick solo lo pueden llevar hacia el éxito. ¡Chapó!