
El Villarreal se llevó los tres puntos en un auténtico partidazo entre pericos y groguets de la séptima jornada de LaLiga.
El RCD Stadium se vistió de gala para recibir al «Submarino Amarillo» en esta jornada intersemanal de la competición nacional. Catalanes y castellonenses medían sus fuerzas en un encuentro vital para prolongar el fantástico arranque de los visitantes o permitir sumar puntos a los locales en su persecución de cerrar el objetivo de la salvación cuanto antes.
Ambos equipos, casualmente, venían de caer goleados frente a los dos grandes favoritos para alzarse campeones de LaLiga. El Real Madrid goleó el pasado sábado a un Espanyol que se mostró impotente ante la pegada de los blancos y el regreso a su mejor versión del futuro Balón de Oro (Vini Jr). En el lado opuesto, el Villarreal, a pesar de recibir mayor número de tantos contra un FC Barcelona absolutamente imparable en el campeonato, dejó muchas mejores sensaciones y, de hecho, los groguets se marcharon de La Cerámica con la sensación de haber merecido mucho más y haber recibido un castigo excesivo.
Primera parte sin fútbol, pero con goles
Los primeros 45 minutos estuvieron marcados por la dureza de ambos equipos y la consigna clara de frenar con faltas al adversario. Esto provocó un sinfín de agarrones, entradas e infracciones que no hicieron sino perjudicar al ritmo del partido y exponer un partido tremendamente trabado en el que, por desgracia, no terminamos de disfrutar de la mejor versión de ambos equipos.
Sea como fuere, lo cierto es que, en una primera parte que no pasará a la historia por la brillantez en el juego, este primer acto acabó de manera inmejorable para todos los que tuvieron el placer de ver este partido. Tanto el Espanyol, en primera instancia, por medio de Jofre; como el Villarreal, con Ayoze como encargado de igualar la contienda, lograron poner patas arriba el choque y marcar dos goles en el añadido del encuentro.
Ayoze hace el segundo para sentenciar el choque
Si bien comenzábamos hablando de la primera parte destacando las continuas irrupciones por las faltas, los segundos 45 minutos estuvieron marcados por las recurrentes protestas al árbitro que acabaron, de hecho, con un intento de agresión sobre el colegiado.
No obstante, dejando la polémica y controversia a un lado, lo cierto es que en esta segunda parte el Villarreal logró adentrarse de lleno en el choque, plantear el partido de una manera más acertada y echar mano de las acciones individuales de sus grandes estrellas, como por ejemplo las dos que intervinieron en sendos tantos groguets, para desequilibrar la balanza del encuentro. Pues bien, en este contexto, Ayoze volvió a ver puerta en el RCD Stadium y subió el segundo a su cuenta particular para darle la victoria a los suyos, recuperar sensaciones tras la dura derrota frente al Barça y corroborar el gran inicio de temporada que está llevando a cabo el «Submarino Amarillo».