
La máxima goleadora de la Liga F en temporadas anteriores y nuevo fichaje del Real Madrid marcó su primer gol con la elástica merengue y reconoció haber cumplido un sueño.
Alba Redondo es, sin lugar a dudas, uno de los grandes talentos del fútbol español. Sus cifras goleadoras la avalan, la internacional española fue capaz de anotar 12 dianas en la temporada 21/22; llevar a cabo su mejor temporada en la 22/23 con un total de 28 goles; y mantenerse en el ranking de máximas artilleras de la competición con 15 tantos el pasado curso. Todo ello provocó que el Real Madrid apostara por ella y la fichase en el pasado mercado estival para reforzar su delantera y comenzar a competir de tú a tú al todopoderoso FC Barcelona.
No obstante, Alba es mucho más que una simple goleadora. Su liderazgo sobre el verde, su visión de juego, su capacidad para leer el partido y aparecer en el momento y lugar oportuno, su facilidad para encontrar el último pase o moverse entrelíneas para desajustar las defensas rivales hacen de la nueva delantera del conjunto blanco una de esas jugadoras por las que cualquier aficionado de este deporte pagaría su entrada para verla jugar.
«Mi padre estaba llorando»
Pues bien, habiendo descrito en rasgos generales a esta fantástica futbolista para los que aún no tengan el placer de conocerla, cabe destacar que la albaceteña, haciendo gala del oportunismo anteriormente mencionado, eligió el mejor partido posible para estrenar su casillero en el club de Chamartín. Ni más ni menos que ante el Sporting de Portugal en la última eliminatoria clasificatoria para la fase final de la Women’s Champions League.
Este gol tan importante no solo supuso cumplir su sueño, sino también el de su padre. Así lo relataba la ex del Levante: «Es muy especial. De pequeñita siempre soñaba con lucir esta camiseta y meter un gol. Lo más emotivo para mí también ha sido ver a mi padre en la grada. Cuando ha terminado el partido, he ido a saludarle y estaba llorando el pobre… También lo siente igual que yo y espero poder meter muchos más para ayudar al equipo con mi trabajo». Estas palabras de Alba reflejan a la perfección que la clave de su éxito no reside en su enorme talento o capacidad goleadora, sino en su sus valores. Humildad, trabajo y esfuerzo que siempre ha llevado por bandera y que han acabado elevándola a lo más alto del fútbol femenino español.