El Real Zaragoza se mide a la SD Huesca (Domingo, 21:00 h) en uno de los partidos del año, en la final de todas las finales. El mejor extracto lo dejó Gabi Fernández en sus declaraciones: “El partido ante la SD Huesca es el más importante que nos queda”. Antonio Hidalgo le tomó el testigo y resumió el partido a través del factor pasional: “Me imagino un derbi parejo, en el que habrá que controlar las emociones”.
El duelo reúne a dos polos opuestos, a dos equipos que pelean además por un objetivo inimaginable. El Real Zaragoza ha activado todas sus alarmas y lucha de forma agónica por la salvación. La SD Huesca le ha vencido a los pronósticos y sigue mirando al playoff. Cuatro entrenadores en La Romareda, frente al equipo de autor que ha construido Antonio Hidalgo en El Alcoraz. En el cartel del partido aparece otra curiosidad: el duelo en los banquillos tiene puntos en común. Gabi Fernández y Antonio Hidalgo coincidieron en el Real Zaragoza en 2008. Los dos guardan recuerdos de un derbi en La Romareda, resuelto con empate, con dos asistencias del técnico del Zaragoza.
Entonces el fútbol era otro. Hace tiempo que la SD Huesca dejó de ser un rival amable. Hoy es un equipo incómodo y competitivo, mucho más que un vecino ruidoso. El balance de los enfrentamientos sigue sonriendo al Zaragoza, pero los oscenses se han posicionado en el mapa en los últimos años. Hoy caminan al borde del playoff, con un grupo que sigue a cada verso de su técnico. Llega con bajas sensibles a La Romareda, pero mantiene en su plantilla a muchos de sus mejores futbolistas. Patrick Soko, Gerard Valentín, Óscar Sielva, Ignasi Villarrasa o Iker Kortajarena estarán en El Municipal.
El Real Zaragoza quiere curar sus heridas en la cita más importante. La fiesta del fútbol aragonés será para ellos un duelo de pura supervivencia, una oportunidad para tomar aire y aliento. También para espantar sus fantasmas. Gabi Fernández ha recuperado el factor Romareda y quiere esconder los defectos de su equipo con corazón y un ambiente único. El impulso de su grada ha hecho en tres días pequeños y grandes milagros. Frente al Córdoba fue capaz de forzar medio penalti, ayudó a rematar un córner ante el Mirandés y cantó un gol de su portero contra el Eibar. Casi nada.
Para vencer a un equipo rocoso como la SD Huesca, el Real Zaragoza debe ser un equipo diferente del que ha sido hasta ahora. Necesita evitar los errores individuales que han sido su condena y buscará dar el primer golpe en el partido. Para lograrlo, debe potenciar las virtudes ocultas y más conocidas de su plantilla. Entre ellas está el olfato de Mario Soberón, el descaro de Pau Sans, la conducción de Adu Ares, el liderazgo de Guti y el recorrido de Francho Serrano.
Si con el fútbol no alcanzara, el equipo de Gabi le entregará toda su fe a su grada. Quizá el último servicio de La Vieja Romareda sea salvar al Real Zaragoza. Para que así tenga sentido construir una nueva. Para ello el Real Zaragoza debe ganar una final aragonesa.